Con una pedagogía diversificada, la meta de Scholae es poner al estudiante en el centro del proceso de aprendizaje. Si la conferencia sigue existiendo en Scholae, se privilegia el trabajo de los estudiantes especialmente en grupos de niveles o inter-nivel. Scholae rechaza el concepto de clases de edad, donde todos deben ser los mismos: los módulos de cursos de siete semanas están diseñados como siendo seguido por estudiantes de diferentes edades, a su propio ritmo, de acuerdo con modos de caminar paralelos. Bajo la dirección de los profesores, cada módulo del curso es dirijido según el cuestionamiento de los estudiantes.
El estudiante durante su tiempo de reflexión personal o en los diversos grupos de trabajo en los que participa, se enfrenta a una problemática que tiene que resolver el mismo. Lejos de recibir pasivamente una serie de deducciones de las que no es el autor, el estudiante es colocado en el centro de un método inductivo e identificado como descubridor del conocimiento. El trabajo en grupo lleva al desarrollo de un conocimiento concertado y reflexivo, mucho más fácil de asimilar para el estudiante que participó en su construcción o recibió de sus compañeros durante las diversas presentaciones.
Lejos de ser visto como desventajas, la diversidad y la posible heterogeneidad de los estudiantes son fuentes de riqueza dentro de la escuela. Cada uno avanza a su propio ritmo, contribuyendo a la formación de otros estudiantes o recibiendo la ayuda de sus compañeros, más avanzados en otras áreas. Sobre todo cada uno dispone de tiempo para pensar y construir su propio juicio. Multiplicando los procedimientos de aprendizaje – trabajo en clase completa, grupos o grupos de tres – Scholae tiene como objetivo desarrollar la capacidad de toda persona a evaluarse a sí mismo y trabajar eficazmente con los demás: rúbricas muy precisa, que integran la calidad del enfoque, se establecen la participación en el trabajo o la organización.